Escudo Misilistico de EE.UU.


En diciembre de 2002, en cumplimiento de una de sus promesas electorales, George Bush anunció la puesta en funcionamiento, a partir del 2004, de una coraza para proteger a EEUU de ataques con misiles balísticos procedentes de países del llamado eje del mal como Corea del Norte e Irán. Los primeros pilares de este sistema fueron emplazados en Alaska con 40 interceptores de misiles y en California con un sistema de seguimiento.

El sistema defensivo combinaba una serie de radares en tierra, mar y en el espacio y misiles interceptores para eliminarlos en mitad de su trayectoria, o incluso en la fase de propulsión, momento en que son mas fácilmente alcanzados.



El anunció iraní de que había desarrollado misiles con un alcance de 2.000 kilómetros hizo que EE.UU. respondiera con la negociación con Praga y Varsovia en agosto de 2008 para la instalación de un radar en la República Checa y 10 misiles de intercepción en Polonia.



Rusia se sintió directamente amenazada con la instalación de estos elementos en sus antiguos países satélites y puso en duda el carácter exclusivamente defensivo de ellos. Como consecuencia, las autoridades rusas suspendieron de forma unilateral en el 2007 la aplicación del Tratado de Fuerzas Convencionales en Europa (CFE) y justo un día después de la elección de Barack Obama, amenazaron con desplegar misiles en el enclave de Kaliningrado.

Recientemente, Barack Obama dio un vuelco completo a la situación de creciente tensión, abandonando el proyecto del escudo antimisiles en el que su antecesor George Bush puso tanto empeño. Una revisión de la amenaza iraní, llegó a la conclusión de que Teherán aun se encuentra lejos de poder lanzar misiles de largo alcance y que además las bases en Polonia y la República Checa no son los mejores lugares para contenerlos.

Esto no significa, que Washington se quede sin protección. Un nuevo plan de defensa antimisiles ha sido diseñado basándose en el sistema Aergis de la Marina. La puesta en marcha de dicho sistema comenzará en fase piloto en el 2011, para en el 2015 comenzar su despliegue tanto en barcos como en tierra y ya en 2020 completar el despliegue con misiles de última generación. Este nuevo modelo de defensa, supone un menor coste que el anterior, permite un despliegue mucho mas rápido y no crea susceptibilidades con otros países.


Esta iniciativa ha sido recibida muy favorablemente por el presidente ruso Dmitri Medvédev y permitirá retomar las negociaciones de desarme nuclear (ya iniciadas desde el mismo inicio de su mandato) en un clima mucho más amistoso.



Pero no todo el mundo se encuentra contento, pues Polonia y la República Checa ven en este acercamiento entre Rusia y EEUU, una perdida de influencia y apoyo importante.

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