Ministerio de Defensa de brasil pàra de importar uniformes de la China.


Por año, País gasta R$ 100 millones en la compraventa de 400 mil uniformes camuflados de chinos. Los militares aprovecharon el debate en el gobierno sobre el Plano Brasil Mayor, de incentivo a la industria, para librarse de los uniformes camuflados sin calidad fabricados en la China. Anteayer, a presidente Dilma Rousseff anunció que el gobierno pagará hasta 25% de más en los productos nacionales para el uso de las Fuerzas Armadas. La medida está siendo conmemorada por las tropas.

Por año, el Ministerio de la Defensa gasta R$ 100 millones en la compraventa de 400 mil uniformes camuflados de industrias localizadas en la China. La mayor proveedora es Diana Paolucci, una empresa brasileña radicada en territorio chino. Aunque técnicos del gobierno afirmen que las licitações imponen exigencia de calidad, los militares de la Aeronáutica, del Ejército y de la Marina reclaman que la vida útil de las piezas no llega a un año, especialmente en la región amazónica.

Desconforto psicológico
El Mando Militar de la Amazônia cuenta con 26 mil hombres, la mayoría usa uniformes camuflados con etiqueta de industria china, lo que, según ellos, causa cierto "desconforto psicológico".

El Planalto divulgó anteayer con estardalhaço que el pastel de R$ 15 bilhões que la carpeta de la Defensa tendrá para compras este año quedará en el País, especialmente en las industrias textil y *alçadista. Lo pase de mágica, en la versión del gobierno, fue el decreto reglamentando la Ley 12.349, de 2010, que fija las reglas para compras gubernamentales. La reglamentación estipula el margen de preferencia de hasta 25% en los procesos licitatórios.

En la verdad, suspensórios, recolectes balísticos y boinas ya son comprados en el mercado interno. El mismo ocurre con los coturnos. Desde 2010, el gobierno estableció una sobretaxa de US$ 12 para cada par de coturno importado, lo que alejó los chinos del área de calzados.

El Ministerio de la Defensa es favorable la compraventa integral de fardas y coturnos verde-amarillas. Para los militares, incentivar la industria brasileña de defensa es una cuestión estratégica. Con la medida tomada por Dilma Rousseff, los militares dicen creer que el gobierno dio otro paso en la consolidación de la barrera contra los productos chinos en el área.

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