Las amenazas y la capacidad disuasiva de los chilenos.

 La capacidad disuasiva es uno de los principios militares, que hace a la seguridad y defensa de un Estado, considerando que unas Fuerzas Armadas potencialmente equipadas, se encuentran aptas para desalentar cualquier acción bélica o de fuerza por parte de las potencias extranjeras, que atenten contra la soberanía e integridad de un país.

Dentro de este contexto, Chile ha empezado a utilizar ya no la diplomacia, sino la amenaza, que se expresa precisamente por su capacidad bélica, la que la ha conseguido desde la década de los años 70, con la incorporación a sus cuadros militares de armamento, tanques, misiles, aviones, submarinos, etc., de última tecnología, a unas Fuerzas Armadas que hoy se las amerita como las mayores potencias bélicas del Continente, a excepción, por supuesto, del Brasil.

El conflicto al que hemos ingresado, por ahora verbal y de comunicados, a raíz del práctico rompimiento de negociaciones sobre nuestros derechos a una salida libre y soberana al Océano Pacífico y a nuestra soberanía sobre las aguas de las vertientes del Silala, han inducido a los vecinos a utilizar la amenaza, que se traduce en ejercicios militares, en declaraciones de utilización de la fuerza para "cuidar y garantizar su soberanía".

Consideramos que Chile no tiene por qué hacerlo, ya que en Bolivia no se ignora su potencial bélico, por lo que la disuasión no tiene objeto, por cuanto nuestro país y, por lo tanto, el gobierno que lo administra no han amenazado con una acción armada, además de que no nos encontramos con el potencial bélico para respaldar una acción de esta naturaleza.

Lo que sí preocupa es que la inflexión en las relaciones, el rompimiento del diálogo y la intención boliviana de recurrir a la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya, abra las puertas para que Chile utilice el potencial bélico adquirido, en una carrera armamentista en estos más de cien años de paz forzada, para abrir nuevamente el conflicto, ya que su doctrina de defensa se inscribe en la detección de las amenazas a la seguridad nacional no sólo en sus fronteras, sino que va más allá, algo parecido a lo que actualmente acontece con las potencias occidentales, que arribaron a Irak, Afganistan o Libia.

Ya lo dijimos anteriormente, la prudencia y el recato o el silencio, no son atributos de humildad, sumisión o miedo, sino que son producto de la razón y de la inteligencia, por lo que nuestro país está obligado a continuar con su política internacional con el vecino, por el camino que se ha trazado, que es el multinacional y el jurídico, sin ingresar al juego al que se nos quiere llevar.

"En la paz prepárate para la guerra", es una de las premisas de uno de los estrategas de la guerra, aunque la frase no es precisamente textual, y eso es lo que ha hecho Chile, mientras Bolivia, desde hace más de cien años, se ha dedicado a la "guerra intestina", a la desunión de los bolivianos y a la permanente contradicción en su política diplomática, no sólo con el Mapocho, sino también con otros Estados.

Las amenazas, que provienen incluso del Primer Mandatario e inquilino de La Moneda, deben llevarnos a la reflexión y al raciocinio, evitando reacciones que provienen de las hormonas y de las pasiones, aunque se quiera justificar tales actitudes con patriotismo, como se lo hizo con la guerra del Chaco, cuando se pensó que "pisar fuerte" era suficiente para responder a la carencia de conducción militar y política, y de armamento adecuado.

Nuestra Nación, en este momento, lo que necesita es paz, trabajo y unidad, trilogía que no se la podrá conseguir con un permanente enfrentamiento interno, que nos distancia entre sectores sociales y económicos, y que favorece a un continuo debilitamiento del civismo y de la concepción de lo que es seguridad y defensa del Estado, para lo que todos los actores potenciales, deben trabajar en consenso.

Dejemos que los chilenos expongan sus "artículos" dedicados a la muerte y no a la vida, y que los pongan en la vitrina del contexto internacional, frente a un país débil en esas aptitudes, pero fuerte en voluntad para afrontar, si es necesario, la adversidad que siempre nos ha perseguido en nuestra vida republicana, producto de malos gobernantes que prefirieron el negocio con el vecino, antes que ahondar el amor a la Patria y a nuestros símbolos nacionales.

Es lamentable lo que ocurre, pero no debemos desmayar ante la acción jurisdiccional que buscamos ante el contexto internacional, evitando, lo repetimos, caer en el juego de la Geopolítica de Pinochet, de la necesidad de que Chile sea también un país altiplánico.

Comentarios

  1. ESTE COMENTARIO ES SUMAMENTE ESTUPIDO Y FALTO A LA VERDAD SE NOTA QUE LO ESCRIBIO UN BOLIVIANO
    CHILE NO AMENZA A NADIE NO TIENE PARA QUE.. LAS UNICAS AMENAZAS VIENES DE PARTE DE BOLIVIANOS Y PERUANOS QUE NO HACEN OTRA COSA QUE DESVIAR SUS PROBLEMAS INTERNOS CON PROBLEMAS LIMITROFES CON CHILE NO RESPETANDO TRATADOS FIRMADOS LEGALES Y VIGENTES!! Y CHILE NO TIENE UNA CARRERA ARMAMENTISTA SOLO ESTA RENOVANDO MATERIAL OBSOLETO TAL COMO LO ESTA HACIENDO CUALQUIER PAIS QUE TIENE LOS MEDIOS PARA HACERLO, ASI QUE ANTES DE PUBLICAR ALGO TAN ESTUPIDO INFORMENSE
    11

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

EL APARTADO DE COMENTARIOS DE ESTE BLOG ESTÁ MODERADO. SI EL COMENTARIO CONTIENE INSULTOS HACIA UNA NACIÓN, PERSONA ETC... SERÁ BORRADO AL INSTANTE PARA UNA MEJOR CONVIVENCIA EN EL MISMO, UN SALUDO Y GRACIAS POR COMENTAR.