Incidentes en Málaga por la ausencia de desfile militar el Día de las Fuerzas Armadas: lanzamientos de monedas, botellas de agua y banderines a los autobuses de autoridades.


La celebración en Málaga del Día de las Fuerzas Armadas quedó ensombrecido por los incidentes que se registraron en la ciudad ante lo mal organizados que estaban los actos, y porque no pudieron ver nada ni hubo desfile militar.

La mayoría de los 50.000 malagueños que ayer se acercaron al Paseo del Parque, la principal avenida de la ciudad y en cuyo extremo se desarrolló la ceremonia de homenaje a la bandera y de recuerdo a los caídos por España, se quedaron sin ver el acto.

A eso se añadió que esperaban que, como otros años, se desarrollara un desfile militar, que no tuvo lugar, por lo que su espera fue doblemente inútil. El hecho de que la avenida estuviera vallada y engalanada en su totalidad, hizo pensar a muchos que habría un desfile con tropas y unidades como la Legión, que es muy querida en Málaga.

Además, los que se acercaron al mediodía a esa arteria malagueña tuvieron que soportar un calor de justicia para coger una buena posición en la avenida –algo que luego no les sirvió de nada- y seguir de lejos el acto presidido por los reyes y los príncipes de Asturias.

Ante esa situación, el malestar se tradujo primero en que algunas vallas acabaron por el suelo. Luego, la gente se fue encrespando más a medida que iban saliendo los autobuses hacia el lugar de la recepción oficial. Varios acabaron lanzando monedas, botellas de agua e, incluso, banderines con los colores de la enseña nacional que previamente habían sido distribuidos entre los asistentes.

Todo ello en medio de gritos de “¡fuera, fuera, fuera!” y con los pulgares hacia abajo. La Policía, desbordada en algunos tramos de la avenida, no pudo evitar el lanzamiento de objetos hacia los autobuses, donde se vivieron momentos de gran tensión.

La indignación estaba justificada porque Defensa y el ayuntamiento eligieron un sitio inadecuado, la plaza del General Torrijos, para un acto que requiere de una gran explanada, como se hizo en Santander en 2009. El lugar era muy pequeño para acoger a miles de personas y prácticamente en su totalidad estaba copado por las tribunas de autoridades, así que al final los ciudadanos de a pie se tuvieron que esparcir por la avenida sin ver nada del acto.

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